jueves, 27 de agosto de 2009

Entretiempo.

Uff... de nuevo esta vorágine temporal, atemporal, donde el tiempo bipolar, pasa y no pasa, para y no para, y las horas se restan pero no se suman, y los minutos no alcanzan, y los segundos no existen.
Y todo se trata de cerrar los ojos y volver a abrirlos algunas horas después, y esperar a que llegue el momento de poder cerrarlos otro rato.
Y llegar a cada sábado con la lengua afuera y el corazón chiquito. E intentar hacer rendir los momentos que nunca alcanzan ni superan las expectativas. La Tierra gira hoy más veloz, y sólo espero que pase este espejismo, que me pierde y me consume casi sin darme cuenta.
Ya no hay canciones tristes dueñas del corazón, hay corazón triste sin dueño ni sueño, latiendo latente, y esperando más sentir mientras el tiempo sigue siendo tiempo y la vida sigue siendo vida.

martes, 25 de agosto de 2009

All in

Me cansé de la merluza, sin espinas ni sabor. De quererlo con carpusa y que rija el toco y me voy. De hacerme cargo de todo para no hacerme cargo de nadie. De jugar a la bella durmiente que se despierta por la noche y se divierte un poco, pero se vuelve a dormir y esperar a algún príncipe azul. Ya no quiero grises, ni tibios. Se me va quemando la vida sin emoción. Pero ya me cansé. Esta vuelta voy all in, pero todavía no hay luces sobre la mesa.

Todavía tu amor me da descargas

El tiempo pasa pero vos permanecés. Ni el de antes ni el de ahora, el mío.
La construcción dinámica y constante que sos para mí.
Nunca supe, aunque alguna vez lo creí, si realmente sos como te pienso. Hace rato que perdí el rastro del límite entre lo real y lo imaginario. Y mientras te escribo esto me pregunto si es a vos a quien te lo escribo, o a mí misma, o a alguien que no existe, o a alguien que existe y no sos vos. Pero entonces lo estoy escribiendo, sea cómo sea te lo estoy escribiendo. Y te lo escribo a vos, a pesar de todo. Y cuando te veo me pasa eso de no saber qué hacer ni qué decir, y tu sonrisa me pierde en tu boca, y cuando noto que estoy idiota, los nervios me juegan mal. Y te declaro culpable de mi insomio cada noche, y te condeno a mi posesión perpetua al despertar. Te hago pagar con besos, en mis sueños, los daños y perjuicios. Y queda descartada la libertad condicional, ni muerto serás libre, porque vos morís conmigo. Sos mi invento, pero con una identidad.