viernes, 13 de marzo de 2009

De saber y no saber

Me duelen las rodillas de tanto estar en el piso.
Bah, aunque pensándolo bien, quizás no haya sido tanto,
simplemente, desacostumbrada a esa sensación,
se está haciendo duro tolerarlo.
Pero sé que mi umbral de toleracia al dolor es bastante bajo.
Sé que lo que se adolece mucho tiempo,
después termina por anesteciarse,
sé que la anestecia no es eterna,
y un día hay que despertar (o morir).
Sé que al despertar el dolor ha de haberse trasladado,
en poco tiempo se termina nuevamente anesteciado,
y el círculo es vicioso.
Sé que necesito que alguien me saque ese dolor,
sé que hay mucha gente dispuesta,
sé que soy yo la que no se deja,
sé que estoy esperando elegir,
sé que me va a llegar.
Sé que nada es para siempre y que todo concluye al fin.
Sé que lo que sube, baja y lo que entra, sale.
Sé que pataleando, la crema se convierte en manteca.
Sé que el futuro es hoy y que mañana puede ser un gran día.
Sé que todos para uno.
Sé que tengo una banda amiga que me aguanta el corazón,
que siempre está conmigo tenga o no tenga razón.
No sé pedir ayuda,
No sé lo que quiero,
pero sé lo que no quiero.
Sé que me faltan armas, pero sobran guerrilleros.
Sé que el pueblo unido jamás será vencido.
Sé que las mariposas no se rinden.
Sé que la historia la escriben los que ganan.
Sé un poco de política, un poco de arte,
un poco de cultura general, un poco de fútbol,
un poco de literatura, un poco de teatro y nada de amor.
Y de nada sé todo, de nada sé mucho.
Sé que la felicidad puede durar 5 minutos.
Sé que me gustan las margaritas y la marihuana,
la miel y el limón,
el eucaliptus y la menta,
el chocolate, el aceite de oliva, y el café
los asados y el fútbol,
el mate y los bizcochos,
el tinto, la birra y el fernet,
la montaña y el verano,
el invierno y la cama,
el tabaco después de comer,
hamacarme, dormir y pensar.
Sé que no me gusta hacer la cama,
ni lavarme los dientes antes de dormir,
ni la traición, ni la injusticia, ni la necesidad,
ni la miseria, ni las víctimas ni los victimarios,
ni despertar y no acordarme lo que soñé,
ni la playa en verano,
ni que hagan listas de lindas y feas,
ni la iglesia, ni el FMI,
ni los pactos, ni los tratados,
ni el humo de los colectivos,
ni el ruido del comedor,
ni perder, ni fallar.
Sé que me falta aire y me sobra humo.
Sé que mi 7 es mediocre y por qué.
Sé que jugando al olvido no me quedan inventos (ni intentos).
Sé que la pelota es redonda, y que tiene que entrar al arco.
Sé que no se trata de rivales sino de rivalidades.
Sé que no soy la más buena del mundo,
ni más linda que Antonella de "Patito feo"
o Jazmín de "Casi Ángeles",
pero me alcanza con que lo piensen enanas.
Sé que los años tienen 365 días, y los días 24 horas.
Sé que el camino lo elegís vos.
Sé quién soy y quién quiero ser.
Sé algunas verdades y algunas mentiras.
Sé jugar y sé reir.
Sé que la felicidad puede durar 5 minutos,
y sé que por esos 5 minutos vale la pena esta vivo.
Sé que no veo mucho cine.
Sé que la tortilla no se va a volver sola,
sé que la tenemos que volver nosotros
y no hay que perder tiempo esperando a la carroza,
Sé llorar también.
No sé no sentir.
No sé silbar ni chiflar ni abrir un vino sin sacacorcho.
No sé nada de economía.
Sé que no puedo tomar café en el aula y tomo igual.
Sé que hago trabajo que no me corresponde.
Sé que mañana quizás sea tarde.
Sé cocinar, pero no me puedo casar.
Sé qué me hace mal y no lo puedo cambiar.
Sé que lo intento.
Sé que la revolución está en las mentes,
sé que la transformación es posible,
sé que el desorden es productivo.
Sé jugar al burako, al truco y al poker.
Sé que las milanesas de mi abuela son las más ricas.
Sé que correr una pelota con los nenes,
justifica 15 minutos de agitación.
Sé que tengo el trabajo que quiero.
No sé mentir.
Sé volar alto en los sueños,
Sé que en algún lugar te encontraré.
No sé ni dónde ni cómo está mi hermano,
pero sé cuánto lo extraño.
Sé también que lo necesito.
Sé que soy egoista.
Sé que siempre cinco para el peso,
Sé que la espera desespera,
aunque también sé que es el mejor tiempo perdido.
No sé cantar y lo hago igual.
Sé gritar.
Sé conducir según mi registro y sin embargo,
nunca estuve en un congestionamiento de autos.
Sé escribir sin faltas de ortografía,
pero no sé quién las inventó.
Sé muchas malas palabras y me gusta decirlas,
sé que dicen que está mal,
no sé por qué.
No sé vestirme y me gusta cómo me visto.
No sé ni quiero saber cómo funciona internet.
Sé la docente que quiero ser y lo lejos que estoy.
Sé que voy a trabajar para conseguirlo.
Sé que River es el más grande, para mí.
Sé que no me puedo ni quiero ir del Acosta.
Sé que cada renglón me está quitando horas de sueño
Sé que mañana voy a leer esto y arrepentirme de no haberme ido a dormir.
Sé que no escribo bien.
Sé que nadie va a leer esto.
Sé que me está haciendo bien.
No sé tener padres separados.
Sé que voy a aprender.
Sé que es mejor.
No sé no tener hermano.
Sé que nunca lo voy a saber.
Sé de histeria.
Sé entrar a casa sin hacer ruido,
sé caretearla,
sé que los viernes tiene que sobrar pizza.
Sé que el sábado me levanto y hay empanadas árabes.
No sé hacer la medialuna ni la vertical.
No sé ahorrar.
No sé en qué gasto la plata.
Sé que la gasto.
Sé que la utopía se aleja para que uno siga caminando,
Sé que no todo está perdido.
Sé que han de venir tiempos mejores, (definitivamente) cometeré más errores, daré menos explicaciones y viviré nuevas canciones.
Sé que quiero saber mucho más, y algunas cosas no saberlas nunca, o dejar de saberlas.
Sé que ese es el motivo para levantarme.

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